No hay peor mal que los rumores que se gestan alrededor de el mismo, todo este ambiente que se vive en el mundo, toda esta depresión, mezclada con esperanza, esta mirada al futuro que se nubla al no poder ver claro el presente, nos viene a la cabeza culpables, rostros, nombres, Bush, Standford, Carstens, Calderón, El Peje, Las profecías mayas, lo que sea, quien sea. ¿conservaremos el empleo? ¿alguien nos empleará después que nos despidan? ¿quebrará mi negocio? ¿algún día podré comprar en dólares de nuevo? ¿lograré viajar a europa de nuevo con el euro a 15? Preguntas huecas pero sin respuesta concreta, tan simples preguntas que su respuesta no existe. Odiemos a Bush - Amemos a Obama, ser blanco o ser negro pierde el sentido cuando cada heroe que nace se muere en unos cuantos números y lo reviven después, los diputados hacen bulla con eliminar la tenencia, uno se prende y al final dedo, Carstens habla de gripa y luego mama diciendo que es un Tsunami y el mundo deposita su esperanza globalizada en el hijo de Kenya sentado en el trono de la casa blanca generando decenas de canas al día.
El problema todos lo conocemos, pero la solución se me ocurre una:

Yo las vendo ¿cuántas quieren?
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